Son muchos los partidos en los que, tanto árbitros como
porteros, suelen ser los peor parados al final de los mismos. Más aún cuando tu
propio equipo ha sido derrotado. Y es que pocas veces o ninguna, nos ponemos en
sus zapatos.
Hace apenas unos meses, tuve en mis manos “El Método
V” de Víctor Valdés. Un libro escrito por uno de los porteros más conocidos de
la historia del fútbol mundial dónde cuenta como aprendió a gestionar los altos
niveles de presión derivados de su rol como portero, como perseguía suprimir
sus miedos bajo los palos de la portería (que no eran pocos) y como se
esforzaba por alcanzar sus objetivos, día tras día sin excepciones. En definitiva, “El
Método V” no es más que el reflejo escrito del camino que Víctor Valdés
recorrió desde sus primeros años en competición, y dónde nos enseña cómo se
propuso y aprendió a entrenar su mente, para llegar hasta dónde ha llegado. Un
camino que ni de lejos, ha sido un sendero de rosas. Sin embargo, aunque el
objetivo primordial que perseguía Valdés era dar a conocer su método a la hora de enfrentarse a su profesión, su
aportación puede ir, y de hecho va, mucho más allá.
“El Método V” para mí, ha sido una forma espectacular de conocer más a fondo el mundo paralelo de porteros y porteras. Un libro de la mano de
alguien que ha vivido en primera personas las consecuencias, buenas y malas,
del ser portero:la presión, la frustración, la crítica, la impotencia, los
nervios. Un sinfín de sentimientos y emociones que en un abrir y cerrar de ojos, pueden pasar de ser nuestros mayores aliados a convertirse en nuestros peores enemigos. Más aún, cuando hablamos de equipos, especialmente de fútbol, que mueven millones y masas. Creo que no existen mejore palabras que las de él, para definir esta realidad: “Eso es ser portero: vivir al límite de una
toma de decisión rápida pero que a la vez debe ser firma para intentar no
equivocarte. Y aún así, te equivocas, y mucho, porque en la mayoría de
partidos, como en la vida, tienes que tomar muchas decisiones” (p.18).

A media que iba recorriendo sus páginas, aprendí a
empatizar con su figura, a sentir como sentía y a pensar como pensaba en cada
uno de los diferentes momentos que iba atravesando. Con sus palabras, resultó incluso sencillo (que no digo que lo sea) experimentar por momentos lo qué significa estar bajo los palos de una porteria, y todo lo que ello conlleva. Creedme si os digo que desde entonces, asisto a los partidos y miro a porteros/as desde otro punto de vista. Y no es que antes no los valorara, ni mucho menos, simplemente me hice aún más consciente de las dificultades de su rol y de la importancia de su papel dentro del equipo: no solo en lo deportivo sino también, en el plano psicológico. L@s porter@s, esos deportistas que se enfrentan en cada competición a universo de emociones mezcladas y en ocasiones contradictorias, de las que resulta muy difícil desprenderse y de las que pocas personas, son realmente conocedoras. No al menos si se mira desde fuera. Y es que el papel de l@s
porter@s, va mucho más allá de salvar la portería en cada partido.
Porteros y porteras, son un elemento esencial de la
comunicación horizontal dentro de un equipo, ya sea durante los entrenamientos
o durante las situaciones de competición. Por su posición dentro del terreno de
juego, tienen una perspectiva privilegiada respecto al resto de sus compañeros,
puesto que su ubicación dentro del terreno de juego les permite observar la posición
de todos los jugadores, tanto de su equipo como del contrario. En este sentido,
es muy importante que l@s porter@s estén en constante interacción con el resto de
componentes del equipo ¿Por qué?:
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Fuente: google. |
- Esta ubicación privilegiada dentro del campo, le
permite informar de manera constante al resto de sus compañeros, sobre la colocación de los jugadores del equipo rival
e indicarles su posición de manera inmediata antes o durante cualquier jugada,
para reaccionar al respecto.
- Imponer respeto al rival. Un/a portero/a que habla constantemente y que dirige
la situación de defensa advirtiendo además de la colocación de los jugadores
asiduamente, es una forma de desconcertar al contrario y dar sensación de
respeto “Este sabe lo que hace”.
- Hablar durante la situación de
competición como forma de aumentar la concentración de combatir los nervios: en muchos partidos, l@s porter@s pueden pasar largos
periodos de tiempo sin tener que intervenir. Esta espera, si se realiza de
manera pasiva, podría tener como consecuencia inmediata, la pérdida progresiva
de la concentración. No obstante, el estar en constante interacción con los
miembros de su equipo, ya sea dando directrices o dando apoyo y ánimos, les
permitirá estar metido en el partido en todo momento y además, les ayudará a
descargar tensiones y a estar más preparado para intervenir cuando la situación
lo requiera. Si estás activado, tu capacidad de reacción será mucho más rápida
y eficaz.
- El/la portero/a que además, se preocupa por dirigir
a sus defensas ayudándoles a ocupar la mejor posición posible dentro del
terreno de juego, transmiten sensación
de confianza a sus compañeros por lo que estos podrán continuar el juego
con menos presión. El apoyo recíproco portero-jugador es un aspecto esencial
tanto para la comunicación pero sobre todo, para es un factor muy importante a
la hora de potenciar las relaciones dentro del grupo a la vez que se consigue
una minimización de las consecuencias derivadas de los errores que se puedan cometer.
Jugar o competir sin el temor a los reproches consecuentes de cualquier error,
es mucho más eficaz a la hora de rendir, que jugar 90 minutos pendiente de lo
que nos puedan decir por cometer un fallo ya que con esto, lo único que se consigue
paradójicamente es fallar puesto que nuestra atención no está en el juego, sino
en nuestros pensamientos y temores.
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Fuente: Fuente: http://edeportes.es |
Recuerda: l@s porter@s son una figura que no solo
debe parar goles. Su presión y responsabilidad es mucho mayor que la del resto
del equipo y además sus actuaciones, suelen mirarse con lupa al tratarse de una
figura individual con una delimitación específica dentro del campo, por lo que
centro de diana de numerosas críticas. Además como hemos podido ver a lo largo
del artículo, cumplen una función esencial en los procesos de comunicación e
interacción dentro del grupo. Es por ello, que a modo de recomendación, invito a
entrenadores y entrenadoras a dar a conocer a vuestro equipo, sobre todo aprovechando la pretemporada, todos los aspectos del rol de un/a
guardameta y las consecuencias derivadas del mismo. De esta forma tendrán la información necesaria para ponerse en su lugar y lograrán empatizar con ellos. Pero sobre todo, inivto a que
transmitáis a vuestro equipo, incluyendo a los/as que van a desempeñar a esta indispensable figura, la importancia y
los motivos de mantener una constante interacción dentro del terreno de juego. El saberse valorados/as, aumentará su confianza y seguridad por lo que será más probable, que su rendimiento sea mucho mejor.