viernes, 7 de noviembre de 2014

Estrategias de control de la ansiedad: la importancia de su integración en la planificación deportiva.

Fuente: Google
En la actualidad, los problemas derivados de variables como el estrés o la ansiedad son las demandas clínicas que más frecuentemente los deportistas transmiten a los profesionales de la Psicología del Deporte o en su defecto, a entrenadores y entrenadoras. Esto se acentúa aún más si nos centramos en los deportistas de alto rendimiento dónde la presión, el estrés o el agotamiento son consecuencias inherentes a las situaciones de competición en las que se ven sumergidos de manera continua. Todo ello sin olvidar además otros daños colaterales que se producen como consecuencia, como por ejemplo la desmotivación que puede hacer que los deportistas vean mermadas sus ganas de competir y dejen de hacerlo con ilusión.

Ya lo dijo en su momento Johan Cruyff, “no basta con entrenar fuerte, hay que entrenar inteligentemente”.  Es aquí donde radica la importancia del entrenamiento psicológico con el objetivo fundamental de maximizar la capacidad de concentración de los/las deportistas y además el incentivo de sus motivaciones para hacer deporte y/o competir. El entrenamiento psicológico es un camino a recorrer de la mano del profesional de la Psicología del Deporte, entrenadores/as y deportistas en un esfuerzo conjunto por conseguir en estos últimos, un rendimiento adecuado mediante el desarrollo de un efectivo control sobre las variables psicológicas que intervienen en los procesos de estrés y ansiedad que entran en escena en las situaciones deportivas, todo ello a través del aprendizaje de recursos y cualidades útiles a la hora de ejecutar un correcto desempeño deportivo.

Desde la Psicología del Deporte y la Actividad Física se han descrito numerosas técnicas destinadas a controlar los niveles de estrés, aumentar o disminuir la activación o arousal y reducir los niveles de ansiedad. A pesar de ello, no son pocos los que califican como normales este tipo de reacciones ignorando la existencia de estas técnicas de entrenamiento mental que además de repercutir en el bienestar del/la deportista mejoran su rendimiento.

El control del estrés y la ansiedad supone un proceso progresivo y al igual que cualquier aprendizaje técnico o táctico, requiere en primer lugar una explicación sobre las estrategias que pueden utilizarse para posteriormente, llevar a cabo la integración de dichas estrategias en los entrenamientos del deporte en cuestión, de tal manera que puedan ponerse en práctica el mayor número de veces posibles y en situaciones lo más parecidas a la realidad. Solo de esta forma, los deportistas lograrán a aprenderán a extrapolar estas estrategias a las situaciones de competición y serán capaces de regular sus niveles de activación adecuándolos a las exigencias del momento y la ejecución.  Esto puede realizarse de muy diversas formas, por ejemplo enseñando ejercicios específicos de respiración. Entrenar la respiración no solo ayudará a controlar la ansiedad derivada de las situaciones competitivas sino que además, desarrolla la capacidad pulmonar otorgando a el/la deportista una mejor resistencia influyendo por tanto en su rendimiento físico. El entrenamiento en respiración resulta una técnica muy sencilla a la vez que útil que puede integrarse muy fácilmente con los ejercicios que se pongan en práctica durante las sesiones de entrenamiento sobre todo, si estamos trabajando con todo un equipo puesto que nos permite enseñarla y practicarla todos a la vez sin que tenga que hacerse una intervención individualizada para su aprendizaje. También contamos con las técnicas de relajación muy eficaces a la hora de evitar o eliminar tensiones musculares, facilitar la recuperación tras el ejercicio e incluso permiten un mejor descanso facilitando el sueño y ayudando a reducir el insomnio, circunstancia de vital importancia en aquellos/as deportistas que presentan dificultades para descansar las noches previas a la competición. Al igual que las técnicas de respiración, presentan la ventaja de que pueden ser enseñadas a todo el grupo a la vez en el caso de los equipos por lo que pueden ser integradas dentro de la sesiones de entrenamiento. Ambas pueden complementarse y aparecer de manera conjunta y una vez aprendidas, el/la deportista podrá ponerlas en marcha en cualquier situación que lo requiera, ya sea deportiva o de cualquier otro ámbito de su vida.
Fuente: tennisicoach.com

También es importante valorar y tener en cuenta los pensamientos de los/las deportistas. Muy frecuentemente los pensamientos negativos sobre la propia persona y su desenvoltura en la ejecución futura, tienden a generar emociones negativas que tienen como consecuencia el aumento de los niveles de activación de la persona lo que se traduce en un inadecuado rendimiento. Las expectativas que tenga el/la deportista en cuestión a la hora de enfrentarse a una situación competitiva juegan un papel fundamental, puesto en función de ellas la visión de la situación puede ser o bien de reto o desafío; o bien puede ser vista como algo amenazante y por lo tanto generadora de ansiedad. Así pues se hace recomendable incluir en el plan de entrenamiento varias sesiones destinadas al control de los pensamientos. En el caso de que algún/a deportista presente una mayor dificultad a la hora de regular estos pensamientos será indispensable realizar con el/la misma sesiones más individualizadas para trabajarlo. Estos pensamientos negativos o distorsionados, a veces suelen ser consecuencia de objetivos establecidos inadecuadamente o que son poco realistas, por lo que para alcanzarlos hay que invertir una gran cantidad de esfuerzo que al no verse logrado incrementan las valoraciones negativas sobre las propias destrezas o habilidades y estimulan fácilmente la elevación los niveles de ansiedad. Por lo tanto desde el principio de la temporada, establecer los objetivos adecuados a través de una correcta y sistemática programación es algo fundamental. Además, si estos objetivos a largo plazo se desmenuzan en sub-objetivos intermedios que se vayan cubriendo a corto plazo, lograremos mantener adecuados niveles de motivación en los/las deportistas y aumentaremos sus niveles de autoconfianza y con ello, reduciremos la probabilidad de experimentar ansiedad. Incluir a los/las deportistas a la hora de realizar la planificación y establecimiento de objetivos les hacen sentirse integrados y parte importante en el equipo, les ayudará a saber a que tendrán que hacer frente y por lo tanto, a anticipar y estar preparados en posibles situaciones futuras dejando de lado la incertidumbre y el desconocimiento y por tanto las reacciones ansiosas que suelen acarrear.

Por último, y no por ello menos importante, se encuentra la técnica de la visualización. Esta técnica también permite a el/la deportista preparar y anticipar situaciones a las que posiblemente en algún momento deba hacer frente. La visualización se basa en imaginar determinadas situaciones deportivas de la manera más fidedigna posible así como todos los aspectos que giran en torno a ellas. El/la deportista al imaginarse a sí mismo/a desempeñando una tarea o ejecución y todo aquello que pueda influir en ella aumentará su percepción de control en el momento de enfrentarse a la situación real, así como su confianza y seguridad evitando preocupaciones derivadas de la improvisación que provocan que la ansiedad se vea disparada. La visualización es una técnica que puede aplicarse tanto en grupo como a nivel individual en función de lo que la situación requiera.

En definitivas cuentas, todas estas técnicas y otras muchas que podemos encontrar, pueden integrarse en la programación de los entrenamientos sin que ello suponga una gran alteración de la misma. Una correcta planificación al inicio de la temporada incluyendo la enseñanza de este tipo de técnicas para el control del estrés y/o la ansiedad harán que los/las deportistas las interioricen de manera progresiva lo que resultará una medida preventiva y eficaz a la hora de hacer frente a las situaciones competitivas que generan este tipo de reacciones, disminuyéndolas e incluso evitando su aparición e influyendo de manera muy positiva en su rendimiento deportivo.

Bibliografía consultada:
COX, R. 2007. Relaciones entre la ansiedad, la activación y el estrés.  En: Psicología del deporte. Conceptos y aplicaciones. Madrid: Editorial Médica Panamericana S.A. , pp. 195-237.
LADRÓN, A.; ROMÁN, P. Y ÁLVAREZ-CIENFUEGOS, L. 2012. Trastornos de ansiedad. En: Psicología Clínica. Manual de preparación PIR. Madrid: Academia CEDE, pp 223-264.
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