viernes, 25 de septiembre de 2015

“EL VALIENTE NO ES QUIÉN NO SIENTE MIEDO, SINO QUIÉN LO VENCE” Nelson Mandela

Fuente: es.wikihow.com

El miedo es tan potente que es capaz de bloquear cualquier aprendizaje, ejecución y por tanto el rendimiento en cualquier situación de la vida y en especial, en el mundo del deporte. Y por desgracia, controlarlo, no resulta nada sencillo.

El miedo, es una reacción natural de nuestro organismo de cara a la supervivencia. Forma parte del conjunto de emociones básicas comunes a todos los seres humanos y es la que trata de mantenerte a salvo en situaciones amenazantes provocándote sensaciones tales como la angustia, la ansiedad o la tensión muscular. Sin embargo, a pesar de sus características negativas, es una emoción muy necesaria y realmente útil. El problema, radica cuando el miedo, proviene de una situación que no supone realmente una amenaza, sino que eres tú quien la interpreta como tal, construyendo así un muro que te limita o impide continuar en tus progresos.

Que algo te provoque o no miedo, depende principalmente de dos aspectos: de la situación y de ti mismo. En muchas ocasiones, son tus propios pensamientos negativos la causa principal de que sientas miedo. Situaciones que antes no te provocaban temor alguno, se han convertido ahora en una fuente de tensión y preocupación cada vez que te enfrentas a ellas: “Siento miedo y angustia cuando tengo que intervenir ante lanzamientos de distancia corta”.

Los seres humanos estamos constantemente produciendo pensamientos. Son tantos, que nos vemos obligados a ordenador y reordenarlos de manera continua para que nuestra cabeza no sea un caos. El problema viene cuando dejamos de hacerlo y toman el mando. Es cierto que nuestra forma de pensar dice mucho de nosotros, no obstante, podemos ir mucho más allá.

Los pensamientos negativos suelen ser protagonistas principales de los casos en los que deportistas presentan miedo ante una determinada situación. Son los que activan las órdenes de nuestro cerebro para que este, ponga en marcha el mecanismo de defensa necesario que nos permita huir de la situación. Pero ¿es realmente necesario evitar o huir de la situación de competición? ¿Es una situación amenazante que está poniendo en peligro de nuestra vida? ¡NOOO! No has entrenado durante meses para que ahora el miedo, te haga abandonar la carrera. ¡No se lo permitas!

Las creencias y pensamientos negativos, tienden a surgir de manera casi automática asociados generalmente a la situación. Una vez que aparecen, no solo condicionan nuestra manera de pensar, sino también nuestra forma de sentir y actuar. Por tanto, podemos decir que actuamos en función de lo que pensamos y que nuestros resultados y nuestro rendimiento, dependerá de ello. Sí, es cierto, no podemos evitar pensar pero si podemos empezar a aprender a ignorar aquellos que no son adaptativos en nuestra situación, crear unos alternativos y comenzar a reforzarlos .¿Cómo?


  • Analiza aquellas situaciones en las que sientes miedo. Se consciente de aquellos pensamientos que te impiden estar al 100% de tu rendimiento y que frenan tu progreso.
  • Analiza en qué medida, esos pensamientos que provocan miedo, te están haciendo desaprovechar nuevas oportunidades de mejorar y avanzar y te impide sacar la mejor versión de ti mismo.
  • El tercer paso tal vez sea un poco más complicado pero seguro que puedes: ¡cuestiónalos! ¿Es realmente una situación amenazante? Si antes no le temía ¿por qué ahora si? ¿Qué me estoy perdiendo por no enfrentarme a ella? ¿Qué puede pasarme si me enfrento a la situación si antes nunca me ha pasado nada? Busca argumentos contrarios, repítelos y convéncete de ellos.
  • Realiza una tabla de doble entrada.Escribe en una columna tus pensamientos negativos y al lado, sustitúyelos por otros más adaptativos. Repítelos una y otra vez, durante aquellas situaciones que te provocan pánico, sobre todo, durante los entrenamientos. Ya sabes lo que dicen “La distancia entre el querer y el poder, se acorta en el entrenamiento”.

Si analizas racionalmente tanto tú miedo como la situación temida te darás cuenta de que, en la mayoría de las ocasiones, no van nada acordes con la realidad. Es normal sentir miedo. A las personas nos gusta tener la sensación de control por tanto, la incertidumbre y lo que pueda pasar después, nos provoca ese temor. No obstante, en la mayoría de las ocasiones hacerle frente, es la mejor forma de hacerlo desaparecer. No dejes que tu rendimiento dependa del miedo, haz que dependa solo de ti. Se valiente y ve a por él.