lunes, 23 de junio de 2014

Los beneficios psicológicos, afectivos y sociales de la práctica deportiva.

Hoy día, un gran porcentaje de la población es consciente de todos aquellos beneficios a nivel orgánico que proporciona la práctica de algún tipo de actividad física de manera regular, entendiendo como tal una práctica casi diaria de 30 minutos a una intensidad moderada como recomienda la OMS. Pero..¿cuáles son los beneficios a nivel psicológico, afectivo y social que nos ofrece esta práctica deportiva?

Se ha constatado que la realización de una actividad física regular, una vez que produce mejoría en las funciones orgánica,s tiene un claro efecto beneficioso sobre la sensación de bienestar psíquico y ayuda a consolidar una actitud positiva ante la vida puesto que permite el desarrollo de un mejor dominio corporal y una mayor seguridad y confianza en el desenvolvimiento ante las tareas cotidianas. Todo ello a su vez repercute de manera positiva en el área somática.

Quienes practican ejercicio de manera continuada o cualquier otro tipo de actividad física tenderá por un lado, a presentar mejores respuestas ante determinadas situaciones o emociones negativas tales como la depresión, la angustia, el miedo o las decepciones así como por otro lado se fortalecen ante el aburrimiento o el cansancio.

A la vez que se va fortaleciendo la imagen sobre el propio cuerpo y el concepto personal se van forjando otras actitudes como la voluntad en la persistencia por conseguir mejoras y ofrece a la persona cierta sensación de control, realización e independencia, estimulando la perseverancia hacia el logro de aquellos objetivos que se proponga.

 El deporte y por lo tanto su práctica, supone un contexto rico en emociones de todo tipo, incluyendo las negativas. Así la experimentación de emociones como el miedo, la agresión o la ira harán que aquellos que lo practican, pongan en marcha determinadas herramientas para hacerles frente de tal manera que si resultan exitosas, se incluirán en el repertorio conductual del individuo para volver a ser utilizadas en situaciones futuras. El aprendizaje de estas estrategias de control pueden incluso, generalizarse a otras muchas situaciones de la vida cotidiana fuera del ámbito deportivo.

Con respecto a los beneficios de tipo social, se puede afirmar que el deporte permite que las personas de manera individual se llenen de la vitalidad, la fuerza y la energía necesaria para cumplir con su deber en el ambiente social dónde se desenvuelven diariamente. Respecto a las competencias se produce un proceso de enseñanza y aprendizaje en equipo, de la necesidad de ayuda, del cumplimiento de las reglas y del respeto por los contrarios, de la subordinación de los triunfos individuales por el buen nombre al triunfo del equipo (el cambio del “yo” por el “nosotros”).


Está demostrado que aquellos que practican deporte de forma organizada son personas optimistas, persistentes en el logro de metas, respetuosas, honradas y con un gran sentido de la responsabilidad. Por lo tanto, el deporte supone un contexto enriquecedor que nos proporciona las herramientas y estrategias necesarias para hacer frente a las emociones negativas, ayuda a potenciar determinadas actitudes de cara a un correcto desarrollo personal y por ende, al bienestar subjetivo y además mejora la cantidad y la calidad de las relaciones interpersonales.

Beneficios de la actividad física. Instituto Europeo Campus Stellae.

domingo, 22 de junio de 2014

LA IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN FÍSICA Y SU INTRODUCCIÓN EN LA ENSEÑANZA

La actividad física así como la práctica deportiva ha estado presente de muy diversas formas, desde los tiempos más remotos de nuestra existencia.

Así por ejemplo en los tiempos más primitivos los seres humanos se veían obligados a sobrevivir en muy diversos ambientes dónde solo lograba hacerlo el más apto ya que estaban sometidos a un esfuerzo incesante para proveerse de los medios necesarios para su subsistencia como lo eran la caza y la pesca u otro tipo de actividades como correr, saltar o trepar como conductas de ataque o la defensa (Sainz 1992).  Para ello se hacía indispensable el desarrollo y mantenimiento de un buen estado físico. Pero, aunque históricamente la actividad física se ha visto como un acontecimiento relevante en la historia de la humanidad ha tenido periodos tanto de exaltación como de regresión. Sin duda, esa necesidad de realizar actividad física que tenía como último fin la supervivencia, ha ido decayendo a lo largo de los años llevando al ser humano a adaptarse a prácticas incompatibles a su naturaleza conduciéndole estrepitosamente hacia el sedentarismo o inactividad física fruto de la industrialización y los avances tecnológicos. Enlazando con esto, cabe citar al menos dos de los eventos más relevantes en la evolución de nuestro estilo de vida (Munro 2004):

1.      La revolución neolítica hace aproximadamente  unos 10.000 -12.000 años atrás, cuando el hombre comienza a adoptar las primeras actitudes sedentarias tras abandonar la vida nómada cuya actividad fundamental era la caza-recolección, para ser sustituida por la agricultura que le permitía cultivar sus propios alimentos.
2.      La revolución industrial hace unos 200 años cuya implantación supuso un giro de 180 grados en la alimentación de la población al introducirse determinados tipos de alimentos refinados en cantidades ostentosas (entre ellos el aceite, los cereales, la sal…)

En su artículo “Educación física en la enseñanza primaria” Corpas, Toro y Zarco (1994) hacen un breve recorrido sobre los primeros atisbos de inclusión de la actividad física en el ámbito de la educación que se resume a continuación:
  •   Es en el Renacimiento cuando empieza a otorgársele cierto valor al ejercicio y al juego en la educación de la mano de Rabelais pero es Rosseau en el siglo XVII quién utiliza la naturaleza para promover en ella finalidades educativas. Posteriormente Pestalozzi desarrolla su tesis del valor educativo de la actividad física.
  •   Desde 1800 aparecen netamente diferenciadas tres zonas que demarcan distintas formas de encarar los ejercicios físicos especialmente vinculadas con la evolución de la gimnasia la surgen así cuatro escuelas principales (Sainz 1992: La escuela Sueca con un sistema analítico cuyo representante fue Ling; la escuela Alemana con su sistema rítmico con Guts Muths a la cabeza; la escuela Francesa cuyos máximos exponentes fueron F. Amoros y G. Hérbert caracterizada por un sistema natural y la escuela Inglesa con su sistema deportivo con Thomas Arnold al mando.
  • No es hasta el siglo XX cuando se procede a la incorporación de la actividad física como asignatura al curriculo escolar bajo la denominación de Educación Fñisica debido entre otras cosas, a la nueva conciencia social sobre la salud que surgió en esta época. (Pérez y Devis 2005)

Pero, ¿Por qué se hace indispensable la inclusión de esta asignatura en el currículo escolar? En una reciente publicación  realizada por la Comisión Europea (2013) bajo el título “La Educación Física y el Deporte en los centros escolares de Europa” se señala  la importancia de fomentar la actividad física durante la infancia y la juventud en la escuela por muy diversos motivos entre los que destacan:
  •       Supone una oportunidad para el aprendizaje y práctica de destrezas que constituyen una herramienta potencial para la mejora de la condición física y por ende de la salud a lo largo de toda la vida.
  •      Un dominio temprano de las habilidades básicas supondrá una base esencial para que practiquen las actividades y comprendan la importancia que tendrían de cara a una educación futura.
  •       Favorece la asimilación de conocimientos sobre determinados conceptos relacionados con las reglas, el juego limpio o actitudes como el respeto, así como ofrece la posibilidad de otorgar una conciencia táctica, corporal y social ya que potencia las relaciones interpersonales y el trabajo en equipo.


En España la formación para impartir Educación Física se limitaba a la mera disposición legislativa que declaraba como obligatoria la materia pero sin proveer aquellos medios necesarios para formar a sus maestros. A grandes rasgos esta ha sido la evolución de la disciplina en cuanto al marco legislativo español  (Gasco et al  2009): entre 1883 y 1892 funcionó en Madrid el primer centro español para la formación específica de profesores de Educación Física con una clara orientación militar: la Escuela Central de Profesores de Gimnástica en Madrid.  Sus principales influencias fueron la escuela francesa y la escuela alemana. Posteriormente en el año 1961 tuvo lugar una de las reformas más relevantes originada por la Ley de Educación Física dónde se reconocen sus enseñanzas y se busca la modernización y homologación de los estudios con el Instituto Nacional de Educación Física (INEF). Además se resalta la importancia que comienza a tener esta disciplina por aquel entonces como puede observarse en el siguiente fragmento recogido en dicho texto (BOE 1961)

La enseñanza y la práctica de la educación física y el deporte es escuela de buenas costumbres, de disciplina de energética y de salubridad. Es a la vez una forma de descanso activo frente al descanso pasivo generalmente con tendencias viciosas. Es en fin la más clara expresión de la sanidad preventiva.” (p. 18127)

Todo ello supuso nuevos principios de regulación y leyes que se fueron adaptando a las demandas sociales contemplándose en las diferentes asignaturas obligatorias y la carga académica que constituiría el curriculum de formación del INEF adaptándose varios años después a lo establecido en la Ley de Reforma Universitaria. Así pues, aunque la Educación Física ha estado presente en los diferentes planes de estudios de formación de los maestros no es hasta 1989 cuando comienza a establecerse la especialidad de la disciplina en las Escuelas Universitarias del Profesorado de EGB y por tanto su aplicación a los centros educativos escolares de la mano de profesionales del tema.

Este hecho unido a la conciencia social sobre la salud mencionada previamente en párrafos previos se concreta en la Ley Orgánica General del Sistema Educativo (L.O.G.S.E.) a principio de los años 90  (Pérez y Devis 2005) que presenta a la salud como una de las principales aportaciones introducidas en la reforma curricular de la Educación Física lo que supuso un primer toque de atención dirigido a las escuelas para hacer frente a la prevención de los problemas por medio de la promoción de hábitos saludables y la actividad física utilizando como medio principal dicha asignatura.

Es innegable que en estos años atrás ha tenido un resurgir de las relaciones existentes entre la actividad física y la salud que se debe principalmente a la creciente preocupación que han despertado en las diferentes sociedades los temas relacionados con hábitos de vida saludables. Estos han sido alguno de los factores más importantes que han precipitado esta reaparición de la preocupación por la salud:
  •              Incremento de las enfermedades cardiovasculares
  •              El apoyo a la medicina preventiva de cara a reducir costes
  •       La concepción más abierta y dinámica del término salud, orientada a la promoción de estilos de vida saludables.

Este último factor puede observarse claramente en la evolución de la propia definición de salud llevada a cabo por la OMS a lo largo de los años en consonancia con el contexto del momento (Gil 2004): por ejemplo a principios del siglo XX las intervenciones médicas se caracterizaron por su gran progreso, a la vez que se redujo considerablemente la mortalidad por enfermedades infecciosas así como una mejora de las condiciones de vida. A todo ello hay que sumarle el modelo biomédico imperante en aquel entonces. Posteriormente, en el siglo XX empieza a cobrar relevancia la preocupación sanitaria por los trastornos crónicos ligados al estilo de vida occidental, dejando así de lado el tema de las enfermedades infecciosas. Así en un principio, el término propuesto por la OMS hacía alusión a la ausencia de enfermedad; en el año 1948 se redefine como “estado de completo bienestar físico, mental y social” dejando de lado la mera ausencia de enfermedad. Sin embargo  su carácter utópico hizo que en el año 1986 volviera a verse modificada para quedar finalmente expuesta de la siguiente manera: “grado en el que un individuo o grupo es capaz, por una parte, de llevar a cabo sus aspiraciones y satisfacer sus necesidades, y por otra, cambiar o enfrentarse al ambiente. La salud es vista por tanto como un recurso para la vida diaria y no el objetivo de la vida: un concepto positivoque enfatiza los recursos sociales y personales así como las capacidades físicas"

Por tanto, el incremento de la inactividad física unida a la ingesta de calorías en cantidades superiores a las que nuestros antepasados podían permitirse, se ha traducido  en un aumento considerable de los problemas de salud derivados, entre los que destaca considerablemente el problema de la obesidad y el amplio abanico de trastornos que puede llegar a acarrear, siendo un factor de riesgo en enfermedades como la hipertensión esencial, la diabetes mellitus o la litiasis biliar y a su vez muy relacionada con la muerte prematura entre otras muchas consecuencias (Varo Cenarruzabeitia; Martínez Hernández; Martínez González 2003)

Ante este panorama, profesionales de muy diversos ámbitos han ido poniendo de manifiesto su cada vez mayor preocupación sobre la relación alimentación, ejercicio físico y salud, por lo que se hace patente la importancia de la promoción de la hábitos saludables entre los que destaca la realización de actividad física de una manera regular para personas de cualquier edad y condición, de cara a la prevención de los trastornos aquí mencionados. Y por supuesto, cabe mencionar la importancia que se le otorga al papel de la escuela en este sentido ya que la enseñanza de la Educación Física desde edades tempranas no solo contribuye a fomentar y hacer consciente entre el alumnado de los beneficios que aporta la realización de actividad física y no solo a nivel de bienestar y salud física, sino que  proporciona un contexto rico en relaciones interpersonales y trabajo en equipo, además de ofrecer un cuerpo evidente de conocimientos y habilidades transferibles a diversos ámbitos de la vida de cara a un correcto desarrollo del alumno así como a la adquisición de hábitos saludables que puedan acompañarle a lo largo de la adultez.




REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
BOE (1961) Ley sobre Educación Física. BOE 309 (27 diciembre 1961):8125 a 18129
COMISIÓN EUROPEA/EACEA/Eurydice, 2013. La educación física y el deporte en los centros escolares de Europa. Informe de Eurydice. Luxemburgo: Oficina de Publicaciones de la Unión Europea
CORPAS, F.J., TORO, S. y ZARCO, J.A (1994): Educación física en la enseñanza primaria. Ediciones Aljibe: Málaga.
GASCO, F; GARCÍA, M; MARTINEZ, R.M. ; QUEVEDO, O.; CARMONA, F.J.; RASCÓN, P.J. ; ROMERO,A; RUIZ, GABRIEL y GARCÍA, C. (2009). La  Educación Física en el sistema educativo español: evolución y desarrollo. Efdeportes [Revista digital]. http://efdeportes.com/efd129/la-educacion-fisica-en-el-sistema-educativo-espanol.htm
GIL , J. (2004). Psicología de la Salud. Aproximación histórica, conceptual y aplicaciones. Madrid: Pirámide.
MUNRO, D.J.  (2004). Influencia de la alimentación y el sedentarismo en el sobrepeso.http://unionvegetariana.org/sites/default/files/adjuntos/sobrepeso.pdf
PÉREZ, V. y DEVIS, J. (2007). Salud, inclusión y educación física. En E. Danilo (Ed).Educación física y discapacidad. Prácticas corporales inclusivas (pp. 21-49). Funámbulos Editores: Medellin.
SAINZ,  R.M. (1992). “Bibliografía sobre educación física”, en Cuadernos de sección. Educación, 5 Sociedad de Estudios Vascos/Eusko Ikaskuntza, San Sebastián, pp. 27-47
VARO CENARRUZABEITIA, J.J.; MARTINEZ HERNÁNDEZ, J.A. y MARTINEZ GONZÁLEZ, M.A. (2003) Beneficios de la actividad física y riesgos del sedentarismo. Med Clin., 121, 665-72. http://mural.uv.es/joplase/obesidad%20y%20educacion%20fisica.pdf