La actividad física así como la práctica
deportiva ha estado presente de muy diversas formas, desde los tiempos más
remotos de nuestra existencia.
Así por ejemplo en los tiempos más
primitivos los seres humanos se veían obligados a sobrevivir en muy diversos
ambientes dónde solo lograba hacerlo el más apto ya que estaban sometidos a un
esfuerzo incesante para proveerse de los medios necesarios para su subsistencia
como lo eran la caza y la pesca u otro tipo de actividades como correr, saltar
o trepar como conductas de ataque o la defensa (Sainz 1992). Para ello se hacía indispensable el desarrollo
y mantenimiento de un buen estado físico. Pero, aunque históricamente la
actividad física se ha visto como un acontecimiento relevante en la historia de
la humanidad ha tenido periodos tanto de exaltación como de regresión. Sin
duda, esa necesidad de realizar actividad física que tenía como último fin la
supervivencia, ha ido decayendo a lo largo de los años llevando al ser humano a
adaptarse a prácticas incompatibles a su naturaleza conduciéndole
estrepitosamente hacia el sedentarismo o inactividad física fruto de la
industrialización y los avances tecnológicos. Enlazando con esto, cabe citar al
menos dos de los eventos más relevantes en la evolución de nuestro estilo de
vida (Munro 2004):
1.
La revolución neolítica hace
aproximadamente unos 10.000 -12.000 años
atrás, cuando el hombre comienza a adoptar las primeras actitudes sedentarias
tras abandonar la vida nómada cuya actividad fundamental era la
caza-recolección, para ser sustituida por la agricultura que le permitía
cultivar sus propios alimentos.
2.
La revolución industrial hace unos 200
años cuya implantación supuso un giro de 180 grados en la alimentación de la
población al introducirse determinados tipos de alimentos refinados en
cantidades ostentosas (entre ellos el aceite, los cereales, la sal…)
En su
artículo “Educación física en la enseñanza primaria” Corpas, Toro y Zarco
(1994) hacen un breve recorrido sobre los primeros atisbos de inclusión de la
actividad física en el ámbito de la educación que se resume a continuación:
- Es en el Renacimiento cuando empieza a otorgársele
cierto valor al ejercicio y al juego en la educación de la mano de Rabelais
pero es Rosseau en el siglo XVII quién utiliza la naturaleza para promover en
ella finalidades educativas. Posteriormente Pestalozzi desarrolla su tesis del
valor educativo de la actividad física.
- Desde 1800 aparecen netamente diferenciadas tres
zonas que demarcan distintas formas de encarar los ejercicios físicos
especialmente vinculadas con la evolución de la gimnasia la surgen así cuatro
escuelas principales (Sainz 1992: La escuela Sueca con un sistema analítico
cuyo representante fue Ling; la escuela Alemana con su sistema rítmico con Guts
Muths a la cabeza; la escuela Francesa cuyos máximos exponentes fueron F.
Amoros y G. Hérbert caracterizada por un sistema natural y la escuela Inglesa
con su sistema deportivo con Thomas Arnold al mando.
- No es hasta el siglo XX cuando se procede a la incorporación de la actividad física como asignatura al curriculo escolar bajo la denominación de Educación Fñisica debido entre otras cosas, a la nueva conciencia social sobre la salud que surgió en esta época. (Pérez y Devis 2005)
Pero, ¿Por
qué se hace indispensable la inclusión de esta asignatura en el currículo escolar?
En una reciente publicación realizada
por la Comisión Europea (2013) bajo el título “La Educación Física y el Deporte
en los centros escolares de Europa” se señala
la importancia de fomentar la actividad física durante la infancia y la
juventud en la escuela por muy diversos motivos entre los que destacan:
- Supone una oportunidad para el aprendizaje y
práctica de destrezas que constituyen una herramienta potencial para la mejora
de la condición física y por ende de la salud a lo largo de toda la vida.
- Un dominio temprano de las habilidades básicas
supondrá una base esencial para que practiquen las actividades y comprendan la
importancia que tendrían de cara a una educación futura.
- Favorece la asimilación de conocimientos sobre
determinados conceptos relacionados con las reglas, el juego limpio o actitudes
como el respeto, así como ofrece la posibilidad de otorgar una conciencia
táctica, corporal y social ya que potencia las relaciones interpersonales y el
trabajo en equipo.
En España
la formación para impartir Educación Física se limitaba a la mera disposición
legislativa que declaraba como obligatoria la materia pero sin proveer aquellos
medios necesarios para formar a sus maestros. A grandes rasgos esta ha sido la
evolución de la disciplina en cuanto al marco legislativo español (Gasco et al 2009): entre 1883 y
1892 funcionó en Madrid el primer centro español para la formación específica
de profesores de Educación Física con una clara orientación militar: la Escuela
Central de Profesores de Gimnástica en Madrid.
Sus principales influencias fueron la escuela francesa y la escuela
alemana. Posteriormente en el año 1961 tuvo lugar una de las reformas más
relevantes originada por la Ley de Educación Física dónde se reconocen sus
enseñanzas y se busca la modernización y homologación de los estudios con el
Instituto Nacional de Educación Física (INEF). Además se resalta la importancia
que comienza a tener esta disciplina por aquel entonces como puede observarse
en el siguiente fragmento recogido en dicho texto (BOE 1961)
“La enseñanza y la práctica de la educación
física y el deporte es escuela de buenas costumbres, de disciplina de
energética y de salubridad. Es a la vez una forma de descanso activo frente al
descanso pasivo generalmente con tendencias viciosas. Es en fin la más clara
expresión de la sanidad preventiva.” (p. 18127)
Todo
ello supuso nuevos principios de regulación y leyes que se fueron adaptando a
las demandas sociales contemplándose en las diferentes asignaturas obligatorias
y la carga académica que constituiría el curriculum de formación del INEF adaptándose
varios años después a lo establecido en la Ley de Reforma Universitaria. Así
pues, aunque la Educación Física ha estado presente en los diferentes planes de
estudios de formación de los maestros no es hasta 1989 cuando comienza a
establecerse la especialidad de la disciplina en las Escuelas Universitarias
del Profesorado de EGB y por tanto su aplicación a los centros educativos
escolares de la mano de profesionales del tema.
Este
hecho unido a la conciencia social sobre la salud mencionada previamente en
párrafos previos se concreta en la Ley Orgánica General del Sistema Educativo
(L.O.G.S.E.) a principio de los años 90 (Pérez y Devis 2005) que presenta a la salud como una de las principales
aportaciones introducidas en la reforma curricular de la Educación Física lo
que supuso un primer toque de atención dirigido a las escuelas para hacer
frente a la prevención de los problemas por medio de la promoción de hábitos
saludables y la actividad física utilizando como medio principal dicha
asignatura.
Es
innegable que en estos años atrás ha tenido un resurgir de las relaciones
existentes entre la actividad física y la salud que se debe principalmente a la
creciente preocupación que han despertado en las diferentes sociedades los
temas relacionados con hábitos de vida saludables. Estos han sido alguno de los
factores más importantes que han precipitado esta reaparición de la
preocupación por la salud:
- Incremento de las enfermedades cardiovasculares
- El apoyo a la medicina preventiva de cara a reducir
costes
- La concepción más abierta y dinámica del término
salud, orientada a la promoción de estilos de vida saludables.
Este
último factor puede observarse claramente en la evolución de la propia
definición de salud llevada a cabo por la OMS a lo largo de los años en
consonancia con el contexto del momento (Gil 2004): por ejemplo a principios
del siglo XX las intervenciones médicas se caracterizaron por su gran progreso,
a la vez que se redujo considerablemente la mortalidad por enfermedades
infecciosas así como una mejora de las condiciones de vida. A todo ello hay que
sumarle el modelo biomédico imperante en aquel entonces. Posteriormente, en el
siglo XX empieza a cobrar relevancia la preocupación sanitaria por los
trastornos crónicos ligados al estilo de vida occidental, dejando así de lado
el tema de las enfermedades infecciosas. Así en un principio, el término
propuesto por la OMS hacía alusión a la ausencia de enfermedad; en el año 1948
se redefine como “estado de completo
bienestar físico, mental y social” dejando de lado la mera ausencia de
enfermedad. Sin embargo su carácter
utópico hizo que en el año 1986 volviera a verse modificada para quedar
finalmente expuesta de la siguiente manera: “grado en el que un individuo o grupo es capaz, por una parte, de llevar
a cabo sus aspiraciones y satisfacer sus necesidades, y por otra, cambiar o
enfrentarse al ambiente. La salud es vista por tanto como un recurso para la
vida diaria y no el objetivo de la vida: un concepto positivoque enfatiza los recursos sociales y personales así como las capacidades físicas"
Por tanto,
el incremento de la inactividad física unida a la ingesta de calorías en
cantidades superiores a las que nuestros antepasados podían permitirse, se ha
traducido en un aumento considerable de
los problemas de salud derivados, entre los que destaca considerablemente el
problema de la obesidad y el amplio abanico de trastornos que puede llegar a
acarrear, siendo un factor de riesgo en enfermedades como la hipertensión
esencial, la diabetes mellitus o la litiasis biliar y a su vez muy relacionada
con la muerte prematura entre otras muchas consecuencias (Varo
Cenarruzabeitia; Martínez Hernández; Martínez González 2003)
Ante este
panorama, profesionales de muy diversos ámbitos han ido poniendo de manifiesto
su cada vez mayor preocupación sobre la relación alimentación, ejercicio físico
y salud, por lo que se hace patente la importancia de la promoción de la
hábitos saludables entre los que destaca la realización de actividad física de
una manera regular para personas de cualquier edad y condición, de cara a la
prevención de los trastornos aquí mencionados. Y por supuesto, cabe mencionar
la importancia que se le otorga al papel de la escuela en este sentido ya que
la enseñanza de la Educación Física desde edades tempranas no solo contribuye a
fomentar y hacer consciente entre el alumnado de los beneficios que aporta la
realización de actividad física y no solo a nivel de bienestar y salud física,
sino que proporciona un contexto rico en
relaciones interpersonales y trabajo en equipo, además de ofrecer un cuerpo
evidente de conocimientos y habilidades transferibles a diversos ámbitos de la
vida de cara a un correcto desarrollo del alumno así como a la adquisición de
hábitos saludables que puedan acompañarle a lo largo de la adultez.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
BOE (1961) Ley sobre Educación Física. BOE 309 (27 diciembre 1961):8125 a 18129
COMISIÓN
EUROPEA/EACEA/Eurydice, 2013. La educación física y el deporte en los centros
escolares de Europa. Informe de Eurydice. Luxemburgo: Oficina de Publicaciones
de la Unión Europea
CORPAS, F.J., TORO, S. y ZARCO, J.A (1994): Educación física en la enseñanza primaria.
Ediciones Aljibe: Málaga.
GIL , J.
(2004). Psicología de la Salud. Aproximación histórica, conceptual y
aplicaciones. Madrid: Pirámide.
SAINZ, R.M. (1992). “Bibliografía sobre educación
física”, en Cuadernos de sección. Educación, 5 Sociedad de Estudios
Vascos/Eusko Ikaskuntza, San Sebastián, pp. 27-47