miércoles, 30 de julio de 2014

La Psicología del Deporte: algo esencial durante el proceso de enseñanza deportiva.

Hoy día es muy probable que, si acudimos a cualquier entrenamiento de cualquier disciplina deportiva nos encontremos con entrenadores y entrenadoras  trabajando con sus deportistas aquellos aspectos técnicos, tácticos o estratégicos que su modalidad exige. Algo normal teniendo en cuenta que ese es su trabajo. También es muy probable que si les preguntas acerca de cómo han dado con esa jugada de fútbol sala que nunca antes habías visto o cómo se le ha ocurrido esa colaboración tan original para su equipo de gimnasia rítmica, respondan que han pasado horas y horas buscando y rebuscando por todas las páginas web habidas y por haber del mundo o se han visto todos los vídeos de Youtube hasta que su mente ha dado con la clave. La mente, esa de la que todo el mundo habla pero que muchas personas desconocen.

Es innegable que dentro de cualquier deporte, la enseñanza técnica, táctica y estratégica es algo fundamental que se encuentra en la base de cualquier disciplina deportiva.  Sin ellas no tendría mucho sentido practicar un deporte, al menos en vistas a mejorar y de cara a competir ya que la mayoría de las personas que lo practican toman como referencia estos tres conceptos como objetivos a alcanzar puesto que saber llevar a la práctica cualquiera de los aspectos que abarcan, supone haber completado un proceso previo y progresivo hasta llegar a hacerlo del todo bien. Ya se sabe: nadie nace sabiendo.

Todo esto se hace patente desde edades tempranas. A veces entrenadores/as y  profesores/as de educación física, se empeñan tanto en la enseñanza de estos aspectos previamente mencionados que se olvidan que los/las más pequeños practican deporte a modo de juego, por diversión y en un escenario que les permite entablar relaciones con sus iguales fuera de la escuela. El problema de esta actitud por parte de los que imparten la enseñanza deportiva es que hacen que el/la niño/a abandonen la visión divertida que tenían sobre el deporte y bien, o lo abandonen o bien lejos de convertirse en un contexto de diversión se torne en un contexto de tensión y presión por diversos motivos como querer ganar siempre o querer agradar a sus entrenadores/as, profesores/as e incluso a sus padres. Pero… ¿Qué porcentaje se dan cuenta realmente de la situación? ¿Cuántos ponen remedio para solventarla? Posiblemente en muy pocas ocasiones se percaten y si lo hacen es muy probable que no dispongan de las herramientas necesarias para poder cambiar la situación.

El continuo afán por superar marcas, por ganar, por hacer de los/las deportistas estrellas de su disciplina o categoría, el empeño por tener a los/las mejores jugadores/as en un equipo o presumir de ser un/a gran entrenador/a ha hecho que caigan en el olvido los valores de los que en sus inicios, gozaba la práctica deportiva. He acudido a partidos de fútbol de niños de 10 años dónde padres, entrenadores y árbitros no paraban de despotricar los unos contra los otros, de insultarse y de decir todo tipo de palabrería delante de unos niños que no eran más que el reflejo de lo que aquello que sus alrededores les estaban enseñando a ser, por lo que perfectamente podías verlos dando patadas al  equipo rival o insultando a compañeros y árbitros.

¿Qué responderían todos/as aquellos/as que se dedican a la enseñanza de la práctica deportiva si les preguntáramos acerca de qué porcentaje de su tiempo dedican al entrenamiento psicológico? Son muchos/as los que hablan de entrenamiento mental  y pocos/as los que lo llevan a la práctica.

Podemos afirmar que uno de los requisitos más importantes y a la vez necesarios en el deporte es la fortaleza mental sin la qué difícilmente se puede hablar de éxito a pesar de contar con una excelente capacidad física y una técnica inmejorable. El concepto de fortaleza mental es un constructo psicológico que queda recogido en la psicología del deporte por lo que es evidente la importancia que esta disciplina llega a tener en cualquier enseñanza deportiva y a cualquier edad. Es tal el alcance, que la habilidad mental puede permitir a un/a deportista con capacidades fiscas y aptitudes menores respecto a su rival, conseguir la victoria. Incluso podemos hablar de victoria independientemente de los resultados si atendemos por ejemplo, a esta conocida cita de Aristóteles “Considero más valiente al que conquista sus deseos que al que conquista a sus enemigos, ya que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo.”
Nos encontramos ante una sociedad tan obcecada en ganar y en obtener la victoria que a veces se olvida de que a los/as deportistas también hay que enseñarles a perder, a tolerar la frustración de no poder continuar, a afrontar que se ha perdido sin que ello suponga una alteración emocional y/o conductual alguna. Es por todo ello que se hace necesario integrar en la formación de los/as profesionales dedicados a la enseñanza deportivas los aspectos más relevantes de la Psicología del Deporte y sobre todo inculcarles la importancia de transmitir esos valores a sus deportistas o alumnado durante el proceso de enseñanza y formación dentro de su disciplina, especialmente en las edades más tempranas dónde la interiorización de dichos valores se hará de manera mucho más efectiva y duradera.

Valores como el trabajo en equipo, el manejo de conflictos, la tolerancia a la frustración, el respeto por el contrario, las ventajas del autocontrol, el aprendizaje de habilidades sociales relacionadas con el deporte, la planificación de objetivos o potenciar determinadas destrezas psicológicas (entre otros muchos ejemplos); son los que hacen de la Psicología del Deporte algo esencial para la enseñanza deportiva puesto que es la única que dispone de las herramientas necesarias para diseñar programas o actividades llevadas a la práctica a través de situaciones reales dónde el/la deportista o el alumnado sea capaz de ponerlo en práctica a la vez que se produce la interiorización de dichos valores ya sea bien de manera directa a través de la figura del/la psicólogo/a del deporte  o bien cuándo sea este/a quién se encargue de proveer previamente a entrenadores/as y profesorado de los instrumentos y habilidades necesarias para luego, ponerlos en marcha.


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